viernes, 23 de mayo de 2014

¿Qué diferencia a un aceite de oliva, de un virgen extra?

Empecemos primero con algo muy básico, la calidad del aceite empieza en el campo, las condiciones del cultivo, la aceituna y el proceso que se realiza en la almazara para extraer  el producto.

Cuando  las aceitunas están sanas y en perfectas condiciones se extrae el aceite el mismo día de su recolección mediante procedimientos mecánicos, sin la intervención de químicos. Así es como se consigue un zumo puro sin que ningún aroma o sabor que pueda distorsionar las cualidades de un excelente Aceite de Oliva Virgen Extra.


Los índices de calidad de estos aceites son tan altos que una pequeña pérdida de la misma significa que el producto se clasifique “sólo” como virgen. Una pérdida mayor da como resultado aceites de oliva lampantes, que no son aptos para el consumo humano y que por obligación deben refinarse.

¿Y en qué se diferencia  un virgen de un virgen extra?

Ambos son extraídos por procedimientos mecánicos, así que son producto del autentico zumo de las aceitunas. La diferencia entre uno y otro está en el grado de acidez y la puntuación que se obtiene en el análisis sensorial.
Si a un aceite se le detecta algún olor o sabor a humedad, avinado o rancio, se comercializa como un aceite de oliva virgen. No es fácil para cualquier persona identificar un aceite de esta calidad por lo cual para muchas marcas es muy sencillo poner en sus etiquetas “virgen extra” sin serlo.

¿Y cuando la botella sólo dice aceite de oliva?

Este aceite es producto de aceitunas que resultaron dañadas, hubo problemas en la elaboración y que por su calidad deben ser refinados para que sean aptos para el consumo humano. Este es el producto que más se comercializa en las tiendas.

Después de hablar de  todas las bondades que tienen los aceites de Oliva Virgen  Extra ¿Por qué no elegir un producto de la mayor calidad?