Ante la gran variedad de
aceites de oliva presentes en el mercado, que aseguran ser virgen extra, salta la duda de ¿cómo elegir un aceite que en
verdad cumpla con los beneficios que se pregonan sobre la oliva?
Hay varios aspectos que se
deben tener en cuenta al momento de elegir un buen aceite de oliva para
asegurarse que se va a consumir un producto de alta calidad.
Acidez: este es uno de los
aspectos más importantes para determinar que un aceite de oliva se considere
virgen extra, los mejores aceites no superan el 0.8% de acidez.
Color: ¡Que el color no los
confunda! Aceites de oliva virgen extra se encuentran desde el verde y el amarillo
claro hasta tonalidades más oscuras y opacas, pero las variedades de los
colores no determinan su calidad, son el resultado del punto en el que la
aceituna fue recogida para su procesamiento, por ejemplo si el aceite es muy verde quiere decir que el
fruto fue recogido demasiado pronto.
Almacenamiento: La forma en
la que es almacenado también determina su calidad, cuando el producto está
expuesto a condiciones no favorables la oxidación se acelera obteniendo un aceite
rancio, el aceite tiene los mismos enemigos que el vino, la luz y las altas temperaturas
no le ayudan.
Denominación de origen: si
tiene denominación de origen no dudes en elegirlo, esto te garantiza que llevas
un producto proveniente de los mejores cultivos y ha pasado por los más
estrictos controles.
Sabor: Pero el aspecto más
importante que delata a un aceite de oliva virgen extra de gran calidad, es su
sabor, este se caracteriza por un leve picor en la garganta que obliga casi a
toser. Si el aceite supera esta última prueba, no hace falta buscar más ya
encontraste un muy buen Aceite de Oliva Virgen Extra.
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